Un éxodo personal: Superar las limitaciones espirituales

B"H

En hebreo, la palabra para Egipto, Mitzraim, significa "limitaciones". "Saliendo de Egipto" no sólo se refiere a la salida de los israelitas de su esclavitud en Egipto. También significa que cada persona, Jud
ío o No Judío, puede superar esas cosas en su vida que ve como limitaciones en su capacidad de servir a D-s correctamente de acuerdo a Su voluntad, es decir, de acuerdo a la Torá, a la verdadera fe, que en esencia es mayor que el intelecto.

L
as limitaciones auto-impuestas son causadas por las perspectivas limitadas e incorrectas del propio intelecto y las emociones de una persona. Uno debe esforzarse para salir de las limitaciones infundadas que asimismo se ha presentado. Un primer paso en este proceso es darse cuenta de que si trata adecuadamente él será capaz de ver la Divina Providencia en su vida. Esto fortalecerá su fe en que la creación realmente es toda bajo la dirección de D-s, descubriendo que no hay influencia externa real, entonces tendrá el poder de liberarse e iniciar el camino de la observancia de las 7 leyes.

Uno
mismo genera la resistencia que se opone a "salir de Egipto" (esto a través de sus propias limitaciones auto-impuestas), es solamente mediante la reflexión del simbolismo de matzá (pan sin levadura, que se cuece antes de que la masa haya tiempo de levantarse), del maror ( hierbas amargas) y del vino que el podrá sobreponerse y dejar Egipto.

La matzá representa la humildad, el maror representa la amargura. Cuando una persona piensa en D-s y se recuerda a sí mismo los grandes milagros de Di-s en su vida, debe visualizarlos en el ojo de su mente (como D-s dividiendo el mar para el pueblo judío durante su éxodo de la esclavitud en Egipto / Mitzraim). Esto le traerá humildad y reverencia a D-s, porque ve que todo en el mundo y dentro de sí mismo, es el poder de Di-s, y no de su propio ser o cualquier otro poder. Esto lo lleva a uno a darse cuenta de la amargura de los propios errores espirituales de uno, y la amargura de la continua ocultación de la Shejiná (ocultación de la Presencia Divina de D-s), en la oscuridad espiritual que domina el mundo hasta que venga Mashiaj -que sea pronto en nuestros días-.

Cuando una persona interioriza est
os dos simbolos (la humildad y la amargura), entonces se vuelve capaz de recibir de todo corazón y con alegría la palabra de D-s, esto es la Torá, sin agendas personales o prejuicios. Se da cuenta entonces que al aceptar el yugo de D-s, esto es, al aceptar las 7 leyes universales, es la mejor cosa que un Noájida puede hacer por sí mismo y su familia, y se compromete a hacer esto con un corazón alegre. Esta alegría interior está conectada con el concepto del vino, fruto de la vid, que es un símbolo de regocijo. El hecho de que una libación de vino acompañaba a las ofrendas a D-s en el Santo Templo, nos recuerda que nuestra experiencia de la alegría se puede redirigir lejos de la falsa alegría de disfrutar de los placeres mundanos, a la verdadera alegría en el servicio a D-s.

Que la humildad, respeto y alegría experimentada en la dirección de nuestras vidas personales
dirigidas a D-s, nos lleven a anticipar con impaciencia la llegada inminente de Eliyahu Hanabí (el profeta Elías), cuya misión es: "volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos a los padres" [Malají 3:23-24], y para preparar al mundo para la redención verdadera y completa a través del Mashiaj (Mesías, descendiente de la casa real del rey David). Por lo tanto Rambam resume la esencia de la misión de Eliyahu como "él vendrá únicamente para establecer la paz" (Leyes de Reyes, capítulo 12).
 
 
Fuente: Adaptado de un ensayo escrito por el Rabino H. Pekkar

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