Los Noájidas y las Festividades

B"H
 
En la Torá encontramos una serie de festividades indicadas al pueblo de Israel, las cuales precisamente deben ser comprendidas como tales, como celebraciones y días especiales indicados por D-s al pueblo de Israel y a ningún otro pueblo. Un Noájida, más allá del aprecio, afinidad, amor o devoción que pueda mostrar por el pueblo de Israel y la Torá, no debe concebir las festividades bíblicas de manera errónea o tergiversada, ni suponer o sugestionarse con que éstas también le pertenecen, o interpretando que cualquier persona que así lo desee, puede adueñarse de ellas y adoptarlas para sí, celebrando eventualmente alguna de sus leyes o costumbres.

Lo cierto es que la Torá y el resto del Tanaj (Biblia hebrea) fue dada al pueblo de Israel, incluyendo todos sus preceptos, dentro de los cuales se encuentran el Shabat (el séptimo día, dedicado al cese del trabajo creativo, que comienza en el atardecer del viernes y culmina con el anochecer del sábado) y las demás festividades mencionadas en el capítulo 23 del libro de Vayikrá (Levítico). Siendo que estos mandamientos están vinculados con acontecimientos ocurridos específicamente a Israel, como por ejemplo, Pesaj (Pascua), que evoca y reexperimenta en cada generación, la salida del pueblo de Israel de Egipto, cosa que claramente no aplicaría a los hijos de Noaj, por simplemente ellos no ser descendientes y parte de Israel, y nunca haber sido sus padres esclavos en Egipto. Y si un Noájida intenta asumir el cumplimiento de las festividades como algo ordenado para él, seguramente esta errando en su accionar, y tal vez, deseando hacer algo bueno, pero concretamente resulta todo lo contrario, D-s libre.

No obstante, a pesar de que las festividades bíblicas son estrictamente orientadas hacia el pueblo de Israel, a los noájidas se les permite una cierta aproximación, siempre y cuando respeten y honren el lugar que les corresponde, y no intenten usurpar ni impostar una identidad que no es la suya propia. Sino que, si así lo desean, pueden conectarse con el mensaje eterno y vigente de estos días especiales, así como con la simbología y los valores de cada festividad, más que con el aspecto práctico de las mismas, el cual, de llevarse a cabo, exclusivamente en los casos permitidos por la legislación bíblica pertinente, debe guardar una clara diferenciación con la formas y estilos de las ejecución de los preceptos, tal cual fueron ordenados a Israel.

Es decir que visualmente deber verse diferentes, y no imitar las ceremonias y rituales propios característicos del pueblo judío.

De esta manera, las festividades bíblicas, pueden resultar para los Noájidas una genuina fuente y vertiente de inspiración espiritual, a ser aprovechada y canalizada, proyectando sus peculiares valores y mensajes y orientándolos internalizándolos y en su propio servicio a D-s a través de los 7 preceptos globales.  
 
Fuente: Rabino Ariel Groisman en noajidas.org


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